El Colegio de San Felipe y Santiago, más conocido como "del Rey", fue fundado, en el año 1550, por orden de Felipe II, en la calle Libreros, en compensación al expolio que había realizado su padre, el Emperador Carlos V, con los bienes que el cardenal Cisneros había legado a la Universidad.
Las obras se terminarán durante el reinado de Felipe III, quien ordenará que se coloque en el dintel de la portada su escudo real y una inscripción que dice: "PHILIPPUS_ III_ H_ REX CHRMO".
La construcción, en un principio, se destinó a albergar hijos de servidores del rey. Fue ocupado, originariamente, por 16 colegiales, estudiantes de teología, leyes y canones. Uno de sus rectores fue el humanista Ambrosio de Morales y entre los colegiales que en él estuvieron destacan Antonio Pérez, que acabó siendo secretario de Felipe II, y el escritor Francisco de Quevedo. La institución cesó en su labor en 1836.
La fachada, de ladrillo y entre torreones, tiene dos plantas. En la sobria portada, estilo "madrileño", de piedra con balcón central, aparece el escudo real y la inscripción ya mencionados .
En el interior, se puede observar un patio renacentista de dos alturas: la inferior, con arcos rebajados de medio punto sobre columnas toscanas, y la superior, que originalmente también estaba formada por arcos, compuesta hoy por balcones. Se atribuye a Juan Gómez de Mora. Está fechado en 1696.
Empotrados en los muros de las crujías hay dos lápidas romanas y otras del siglo XVII, así como dos inscripciones de la época de Carlos II en las enjutas de la galería.
La capilla, que no ha llegado hasta nuestros días, tenía en su retablo un lienzo de Bartolomé González, pintor de Felipe III, que representaban a los titulares del colegio; San Felipe y Santiago. Se conserva la cúpula barroca, hoy hueco de una escalera, y el coro alto.
En la galería superior, destacan las salas que dan hacia la fachada exterior con una interesante decoración del siglo pasado.
En 1842, ya trasladada la Universidad a Madrid, fue vendido a un particular. Hacia 1882, volvió a manos del Estado, siendo destinado a Casa de Correos y Telégrafos. Posteriormente, pasó otra vez ser propiedad privada, sufriendo en esta época desafortunadas reformas. Tras ser comprado por el Ayuntamiento de Alcalá, tuvo varios destinos, entre ellos el de ser sede del Archivo Histórico Municipal y de la Fundación Colegio del Rey. Posteriormente, fue cedido al Instituto Cervantes para ser su sede central.
Selene Ramal Lopez y Vasy Brayan.
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